Mucha gente cree que incontables veces la realidad supera a la ficción. Y es que grandes autores y creativos a veces inspiran sus obras fantásticas e increíbles precisamente en eso; la realidad.
Hace unas semanas hablábamos sobre la verdadera y macabra historia que sirvió como inspiración para el aclamado musical Sweeney Todd y esta vez volvemos al mismo camino para contarte otro de esos relatos increíbles pero ciertos. Si eres fanático de Disney, seguro recuerdas una de sus películas más queridas; Mulan, una valiente guerrera china que entra al ejército pretendiendo ser hombre para salvar a su enfermo padre de aquel destino. Y eso fue exactamente lo que hizo Milunka Savić sólo que ella en realidad estaba salvando a su hermano y en el proceso se volvió un aclamado héroe (o deberíamos decir heroína) de guerra.
En 1912 se desató la primera de las dos Guerras de los Balcanes y para 1913 el hermano de Milunka ya había recibido una carta de la milicia convocándolo para participar en la segunda. Fue cuando ella decidió ir en su lugar. Así que se cortó el cabello, se vistió con ropa de hombre y se puso en marcha.
Su carrera en la milicia comenzó a despegar y poco después de su enlistamiento ganó su primer medalla e incluso fue promovida al rango de cabo. Era el engaño perfecto hasta que las heridas que sufrió en una de las batallas la mandaron directo al hospital, en donde inevitablemente los doctores revelaron su identidad. Afortunadamente eso no fue un impedimento para que sus superiores la dejaran volver a sus actividades como si nada y Milunka, quien ya había encontrado una nueva pasión en proteger a su país regresó a sus labores. Participó en la Primera Guerra Mundial donde también recibió varios reconocimientos, uno de los más notables cuando capturó sin ayuda a 23 soldados Búlgaros.
En 1919 se retiró y rechazó una oferta para mudarse a Francia como pensionada de guerra, decidió quedarse en su natal Serbia y trabajar en la oficina de correos, se casó y se divorció rápidamente.
Su vida siguió siendo relativamente normal hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando fue invitada a una cena organizada por Milan Nedić (general y político serbio) a donde asistirían generales y oficiales de la Alemania Nazi. Oferta que rechazó rotundamente y por consecuencia fue enviada a un campo de concertación por diez meses. Cuando la guerra terminó vivió con muchas carencias económicas, en una casa casi en ruinas en compañía de sus tres hijas (de las cuales dos eran adoptivas). La historia se corrió entre los veteranos y ex compañeros, hasta que lograron que el gobierno le diera un apartamento. Milunka Savić falleció en Belgrado el 5 de octubre de 1973 y sigue siendo hasta la fecha la mujer más galardonada en la historia de la guerra. Pero sobre todo, fue una mujer que rompió con los paradigmas de aquella época y desafió la autoridad sin miedo alguno para luchar por lo que creía, sirvió a su país sin esperar nada a cambio y murió humildemente años después. Por: Ana Hinojosa
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