Usualmente intento vivir mi vida en internet alejada de los problemas que rodean a la sociedad 24/7 y me dedico a ver memes en mis redes sociales. No por ser única y diferente (estoy consciente que eso todo el mundo lo hace), es sólo cuestión de querer mantener al menos un poco de la sanidad mental que me queda mientras estoy en mi computadora despejándome después de llegar del trabajo.
Pero hay ocaciones en las que es casi imposible mantener ese estilo de vida, en especial cuando estos temas controversiales inundan todos los posts que salen en tu feed. Es como si de un momento a otro la sociedad entera explotara y quisiera que tú vieras la manera en la que los bandos contrarios se destruyen con palabras e imágenes agresivas.
Estamos viviendo en una época en la que el odio está al alcance de un click, acompañada de un sinfín de desinformación pues muchas veces, sin leerlo todo, nos quedamos con el título amarillista y aparatoso que una persona detrás de una computadora diseñó para alarmar un poco a quien sea que lo vea.
Reaccionamos sin considerar el otro lado de la historia, somos impulsivos pues estamos ya acostumbrados a publicar lo que sentimos cuando pasa por nuestra cabeza sin pensar en las consecuencias. Mi Facebook es una mezcla dispareja entre discursos de odio hacia las feministas, asesinos, migrantes y unos cuantos memes que logran romper la tensión de mi página de inicio. Una tensión que llevamos acumulando por años como sociedad y que no sabemos como enfrentar a menos que sea en los comentarios de un post pacífico que fue creado para apoyar a una causa y no para destruirla.
Y aunque estoy consciente que no todos nos quedamos detrás del teclado cuando pensamos en luchar por una causa que nos apasiona, no puedo dejar de pensar en la inmensa mayoría que lo único que sabe es quejarse y burlarse de las pocas personas valientes que se atreven a arriesgar su vida por pelear por ella.
Ahora estamos completamente rodeados de verdugos modernos. Esos que con la mano en la cintura y nada de información válida en la cabeza te destruyen en la sección de comentarios, usando el mismo argumento aun cuando les muestras miles de pruebas para desacreditarlos. Con todo esto no quiero decir que debemos de dejar de pelear por eso que creemos importante ni dejarnos pisotear por aquellos que creen que su opinión es mejor que la tuya por el simple hecho de pertenecerles a ellos mismos. Lo que intento expresar es que si dedicáramos la misma cantidad de tiempo a informarnos y a analizar la situación para poder tomar una postura como lo hacemos a propagar odio en redes sociales, tal vez las cosas serían al menos un poco diferentes. Por: Fer Hinojosa
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“A los hombres también nos matan.” Es el comentario que he leído sin parar entre mis amigos y conocidos en redes sociales después de la ola de manifestaciones feministas que nos ha tocado vivir en los últimos años, y específicamente la del pasado 16 de agosto en la Ciudad de México..
Y sí, a ellos también los matan. De hecho, según el INEGI* cada año se registran más asesinatos de hombres que de mujeres. México es en sí un país violento y eso es preocupante. Pero no confundamos un problema de inseguridad con un problema de género.
Y no me malentiendan, no digo que sea menos importante la muerte de un hombre que de una mujer, pero sí permítanme explicarles por qué me hierve la sangre y se me hace un hoyo en el estómago cuando veo ese tipo de comentarios en internet.
El punto es, que a ustedes no los matan porque literalmente se le “antojaron” a un wey:
En fin, casos y formas hay muchos, los hemos visto ya en la tele o en internet. No me los estoy inventando, es triste pero es real. Porque aunque hemos avanzado en cuestión de equidad, aún hay MUCHA gente en el mundo que ve a la mujer como un objeto. Partamos del simple hecho de que ustedes no viven en constante terror de ser secuestrados para ser vendidos como esclavos sexuales en alguna red de trata de blancas. O, como en muchas comunidades del mundo y de nuestro propio país, de ser ofrecida por tus propios padres al mejor postor, la mayoría de las veces desde muy temprana edad. Es un problema de género porque, perdón, pero jamás he visto a un hombre preocupado por lo que se va a poner en la mañana, y quedarse media hora pensando cómo va a repercutir si usa pantalón o short en el comportamiento que los demás tengan hacia él durante el día. O si influirá en el hecho de que pueda llegar vivo a su casa esa noche. No, no es exageración. Es un problema de género porque tengo 26 años y mi papá cierra las ventanas con seguro cuando me voy a quedar sola en la casa, a pesar de que vivimos en una zona donde hay que pasar dos filtros antes de poder entrar. Cuando él se queda solo, obviamente eso no le pasa por la cabeza. Si se descompone algo, yo, mis hermanas y mi mamá, tenemos que esperar a que esté él en la casa para que venga alguien a repararlo. Porque tres mujeres solas con un desconocido, es claramente una forma muy estúpida de quererte poner en riesgo.
Es un problema de género, porque a mi mamá se le sume el corazón cada vez que salgo por la puerta y hace que le mande al menos un mensaje avisándole que llegué con bien, y donde le especifique con quién y en dónde estoy. Incluso cuando solamente iba a la escuela.
Es un problema de género porque tal vez tú vivas en constante miedo de que te asalten, que te saquen una pistola y en un forcejeo te den un tiro. Es un miedo válido, como ya lo he dicho, vivimos en un país violento. Pero imagínate saber que, si alguien te asalta, lo más seguro es que también te viole. Y eso es hablando de casos extremos de violencia. Pero, ni hablar de las veces que hombres en bares o antros me han llamado perra y mamona, solo porque no acepté una invitación a bailar o una bebida gratis de su parte ¿Qué necesidad tengo yo de pasar ese mal rato? Ninguna mujer tiene la obligación de bailar contigo, ni aceptarte una bebida sólo por el hecho de que se lo estás pidiendo. Así como tampoco tenemos la obligación de aguantar los segundos eternos de pasar frente a un lugar donde te están gritando de cosas. Sus llamados “piropos” a nadie le interesan, más bien dan miedo, causan mucha angustia y ansiedad. Así que sí, es un problema de género donde no se discrimina edad; hemos visto niñas de tan solo 3 o 5 años violadas y asesinadas, igual que a mujeres de 70 u 80. Así como hemos visto pacientes en estado vegetal o luchando con alguna enfermedad terminal, que han sido ultrajadas por los mismos médicos que las atendían. Y que quede bien claro, las marchas, quejas y luchas no son contra los violadores y asesinos, sabemos que esas cosas no los espantan. Son para el sistema corrupto y la autoridad, que han preferido hacerse de la vista gorda y que durante años han dejado desfilar libres a miles de violadores y asesinos. Que se han burlado en las caras de las víctimas, alegando que "seguro andaban de histéricas" y por eso las golpeó el marido, o que de todas formas "está muy difícil comprobar que las hayan violado" y si sí, fue porque "ellas se lo buscaron." Y ni hablar de quienes pasan años buscando a su hija, mamá, sobrina, invirtiendo de su bolsa para hacer una investigación porque las autoridades cerraron la carpeta por "falta de pruebas." El hartazgo es real, la impotencia es real. Y por último, el feminismo NO ESTÁ EN CONTRA DE LOS HOMBRES. Al contrario, ustedes también son nuestros aliados en la lucha contra el machismo y las ideas retrogradas que nos han inculcado, tanto a hombres como a mujeres. Sin ustedes no seríamos nada y viceversa. Por favor, ayúdenos a darle la importancia que se requiere a este tema. Por: Ana Hinojosa *Cifras del INEGI: https://www.inegi.org.mx/sistemas/olap/consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?proy=
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La música siempre ha sido un lenguaje universal, algo que todos podemos entender y apreciar sin importar el idioma. Entonces ¿Por qué existe tanto racismo hacia cierto tipo de géneros hoy en día?
Últimamente la popularidad del K-Pop ha crecido exponencialmente. Tal vez es por el hecho de que las redes sociales nos dan la oportunidad de ver cosas a las cuales antes no hubiéramos tenido acceso o puede ser que la gente esté teniendo una mente más abierta a escuchar música que no necesariamente está en su idioma. Sea lo que sea, está funcionando porque este género musical es de lo que todos están hablando hoy en día. Billboard se ha encargado de difundir de manera enorme el K-Pop recientemente incluyendo a varios artistas en las listas más importantes como los TOP 100 e invitando y nominando a BTS, [uno de los grupos más grandes del momento de origen coreano] en una de las categorías de los Billboard Music Awards 2017 y 2018. Los AMAs, Ellen Degeneres, Jimmy Kimmel, James Corden, entre otros, son algunos de los gigantes de la industria que se están sumando a este movimiento que está atrayendo a cada vez más fanáticos.
Pero como todos saben, con la fama y el amor de miles de adolescentes viene el odio y desprecio de otros tantos. Y a veces, estos comentarios negativos van dirigidos directamente a quienes les gusta el género. Los argumentos van desde el “Si no lo entiendes ¿Por qué lo escuchas?”, “Ni siquiera hablan tu idioma” hasta comentarios desagradables y racistas como “¿Por qué escucharías música asiática?”.
Existen millones de bandas y estilos de música en este mundo pero el racismo tiende a ir dirigido a estos géneros asiáticos en especial. Nunca he escuchado que a alguien lo discriminen o molesten porque le guste una banda estadounidense, canadiense, o si quieres verte más exótico, finlandesa. Tal vez en un futuro, espero cercano, la gente abrirá un poco su mente y podrá disfrutar o al menos escuchar música de cualquier parte del mundo sin necesidad de hacer algún comentario racista o fuera de lugar. Por: Fer Hinojosa
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Vivimos en un mundo en el que ser una mujer femenina y un hombre macho es la norma. Si es que te atreves a salir de este estándar eres vista como “marimacha” en el caso de las mujeres y como “gay” o “metrosexual” en el caso de los hombres. Porque al parecer, el ser tú mismo es un delito y esto le da derecho a todos los que estén en desacuerdo con tu forma de ser a molestarte, burlarse de ti y decirte que todo lo que haces es incorrecto.
“Así no es cómo se debe comportar una mujer” “No seas nena, ya hazte hombrecito, ¿no?” “Una mujer jamás debe de decir groserías”, etc. Muchas veces estas frases o comentarios no son dichos conscientemente, no es que la gente no quiera que seas tú mismo, es solo que todo lo que sea diferente les aterra y necesitan que regreses a la “caja de conformidad” que han creado con el paso de los años. Esta “caja” es en donde están las normas que la sociedad nos va forzando desde que somos pequeños. Es en donde dice que las niñas tienen que usar rosita mientras que los hombres usan azul; donde dice que las niñas no hacen deportes porque eso es para los niños pero si podemos jugar con nuestras muñecas a la casita, donde iremos formando la idea de lo que será nuestro futuro.
Recientemente vi que Justin Baldoni (o Rafael de Jane The Virgin) había hecho una TedTalk. En el momento en el que vi el título honestamente me emocioné,”Why I’m Done Trying To Be ‘Man Enough’” o “Por qué me cansé de tratar de ser ‘lo suficientemente hombre’”, en ese instante supe que iba a ser una excelente plática.
En ella habla del miedo que sienten los hombres por expresar sus sentimientos y del cómo ser sensible automáticamente los hace sentirse débiles y vulnerables. Justin habla del cómo él está harto de ser una persona que no es en realidad y que está listo para romper todos esos estereotipos que, tanto los medios como la gente que nos rodea, nos alimenta a diario.
Con todo esto no estoy diciendo que tienes que rebelarte contra toda norma y que como mujer debes de dejar de usar rosa, jamás usar maquillaje y vestirte desalineada. O que si tú usas rosa y jugaste con muñecas eres conformista, créanme que no es así.
Lo que sí estoy diciendo es, que tenemos que aprender a ser nosotros mismos, sobre todo considerando la época en la que vivimos. Todo cambia constantemente y la mentalidad de las personas cada vez es más abierta, pero aún hay mucho que hacer. Pero para que esto suceda debemos empezar por cambiar nosotros mismos. Debemos dejar de juzgar a una mujer porque prefiere ir a un partido de fútbol antes que ir de compras o no molestar a un hombre porque piensa demasiado sobre lo que se va a poner el siguiente día. Simplemente dejar de juzgar sólo porque sus ideales o forma de ser no entran en tu propia “caja”. Tal vez así la gente dejará de sentir miedo por ser quien realmente es. Por: Fer Hinojosa
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Me di cuenta cuando iba en secundaria, se acercaba uno de esos días en los que te dejan ir de “ropa de calle” y la maestra dio una lista de cosas que las niñas no podrían vestir aquel día: shorts, ombligueras, blusas cortas, etc.
Cuando una de mis compañeras preguntó ¿por qué? pensé ¡Es obvio! Hay un cierto reglamento de vestimenta para la escuela, el cual claramente no incluye mini shorts y ombligueras y está bien, hay lugares y momentos para todo. Pero esa no era la respuesta, la respuesta era algo denigrante e impactante para alguien que hasta ese momento, vivía en una burbuja color rosa: “Porque provocan a sus compañeros y se arriesgan a que les falten al respeto” ahí fue cuando me di cuenta de que, en vez de enseñarnos a respetar, nos enseñan a cuidarnos de los que no respetan. Hace más o menos un año, cuando tenía una entrevista de trabajo, tal vez la más importante de mi joven vida hasta ese momento, los comentarios que recibí de TODO EL MUNDO fueron “¿qué te vas a poner?” “Hey ¡mucha suerte! ¡Te pones guapísima!” “Ana, ponte súper guapa ¡tienes que impresionar” porque obviamente la forma en la que luzco es mucho más importante que mi preparación, mis años de estudio y mi capacidad de hacer las cosas. NADIE me preguntó si me sentía preparada o si tenia pensado qué iba a decirle al entrevistador. Escenas como esas puedo contar miles y me hacen sentir impotente, denigrada y aún así no se comparan en lo más mínimo al terror que sientes cuando vas caminando sola por la calle, cuando te tienes que cambiar de ropa porque la gente puede “mal interpretar tus intenciones”, cuando sabes que tal vez hoy no podrás salir porque no hay ningún hombre que te acompañe y “una mujercita no anda por ahí a altas horas de la noche” o cuando tienes que aceptarle el trago a algún imbécil que lleva toda la noche molestándote, acosándote y para el cual el significado de la palabra NO, no tiene mucha importancia. Me hierve la sangre, me da rabia cuando alguien (hombres y mujeres por igual) desmerita estas situaciones diciendo que “sólo nos hacemos las víctimas” o que “también tú ¿qué traías puesto para que te gritaran de cosas?”. Para mi estos comentarios son la raíz de todo mal, cuando pasan estas cosas la gente culpa a la víctima y justifica al agresor, pero no importa, porque no pasa de que te dijeron perra o mamona por no aceptar un “cumplido”, pero ¿qué pasa cuando amaneces violada y estrangulada en una zanja? “¿La mataron? Uuh! Pues es que ¿cómo se le ocurre andar sola? Y seguro había tomado” Así que esto es para ti, tú que juzgas con la mano en la cintura a alguien cuyas circunstancias no conoces, tú el que dices que si la violaron seguro ella lo provocó, porque traía la falda muy corta, tú que desde la comodidad de tu casa te atreves a comentar que seguro la mataron porque iba sola, le gustaba tomar o porque andaba de zorra. Tú, que te atreves aún a decir que el machismo ya no existe, ojalá que la siguiente no sea tu mamá, tu hermana o tu novia, ojalá que te des cuenta antes de que sea demasiado tarde que el ser mujer SÍ cambia las cosas y aunque te duela en el ego aceptarlo, por el hecho de ser hombre ya tienes más credibilidad y menos riesgo de terminar envuelto en una sábana a la mitad de la carretera. A ti, te digo que soy feminista por que creo en la igualdad en toda la extensión de la palabra, por que soy consciente de que los hombres también sufren estigmas sociales, por que a ellos también los matan, los violan y nadie habla de eso, pero tú tienes que ser el fuerte, el que todo lo puede, al que nunca deben ver llorar, en cambio yo tengo que ser la sumisa, la que aguanta cualquier falta de respeto porque al final del día sólo soy un objeto y calladita me veo más bonita. Aún así, para mí el feminismo implica buscar ese equilibrio para AMBOS sexos no sólo para el mío y si después de leer esto quieres llamarme feminazi adelante, ya me estás dando la razón. Por: Ana Hinojosa
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El recién inaugurado Gangnam Kpop café, ubicado en el centro de Querétaro es un lugar único en la ciudad, ya que como su nombre lo dice está enfocado en éste exitoso género musical.
Es un lugar perfecto para los fanáticos del género para reunirse y escuchar música de sus artistas favoritos mientras disfrutan de una bebida refrescante.
Además, tienen algunos artículos a la venta traídos directamente desde corea.
La inauguración incluyó presentaciones de increíbles grupos de cover como CLUE, OPTIMUM Y CROWN.
¿Qué opinas te gustaría visitar?
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