“A los hombres también nos matan.” Es el comentario que he leído sin parar entre mis amigos y conocidos en redes sociales después de la ola de manifestaciones feministas que nos ha tocado vivir en los últimos años, y específicamente la del pasado 16 de agosto en la Ciudad de México..
Y sí, a ellos también los matan. De hecho, según el INEGI* cada año se registran más asesinatos de hombres que de mujeres. México es en sí un país violento y eso es preocupante. Pero no confundamos un problema de inseguridad con un problema de género.
Y no me malentiendan, no digo que sea menos importante la muerte de un hombre que de una mujer, pero sí permítanme explicarles por qué me hierve la sangre y se me hace un hoyo en el estómago cuando veo ese tipo de comentarios en internet.
El punto es, que a ustedes no los matan porque literalmente se le “antojaron” a un wey:
En fin, casos y formas hay muchos, los hemos visto ya en la tele o en internet. No me los estoy inventando, es triste pero es real. Porque aunque hemos avanzado en cuestión de equidad, aún hay MUCHA gente en el mundo que ve a la mujer como un objeto. Partamos del simple hecho de que ustedes no viven en constante terror de ser secuestrados para ser vendidos como esclavos sexuales en alguna red de trata de blancas. O, como en muchas comunidades del mundo y de nuestro propio país, de ser ofrecida por tus propios padres al mejor postor, la mayoría de las veces desde muy temprana edad. Es un problema de género porque, perdón, pero jamás he visto a un hombre preocupado por lo que se va a poner en la mañana, y quedarse media hora pensando cómo va a repercutir si usa pantalón o short en el comportamiento que los demás tengan hacia él durante el día. O si influirá en el hecho de que pueda llegar vivo a su casa esa noche. No, no es exageración. Es un problema de género porque tengo 26 años y mi papá cierra las ventanas con seguro cuando me voy a quedar sola en la casa, a pesar de que vivimos en una zona donde hay que pasar dos filtros antes de poder entrar. Cuando él se queda solo, obviamente eso no le pasa por la cabeza. Si se descompone algo, yo, mis hermanas y mi mamá, tenemos que esperar a que esté él en la casa para que venga alguien a repararlo. Porque tres mujeres solas con un desconocido, es claramente una forma muy estúpida de quererte poner en riesgo.
Es un problema de género, porque a mi mamá se le sume el corazón cada vez que salgo por la puerta y hace que le mande al menos un mensaje avisándole que llegué con bien, y donde le especifique con quién y en dónde estoy. Incluso cuando solamente iba a la escuela.
Es un problema de género porque tal vez tú vivas en constante miedo de que te asalten, que te saquen una pistola y en un forcejeo te den un tiro. Es un miedo válido, como ya lo he dicho, vivimos en un país violento. Pero imagínate saber que, si alguien te asalta, lo más seguro es que también te viole. Y eso es hablando de casos extremos de violencia. Pero, ni hablar de las veces que hombres en bares o antros me han llamado perra y mamona, solo porque no acepté una invitación a bailar o una bebida gratis de su parte ¿Qué necesidad tengo yo de pasar ese mal rato? Ninguna mujer tiene la obligación de bailar contigo, ni aceptarte una bebida sólo por el hecho de que se lo estás pidiendo. Así como tampoco tenemos la obligación de aguantar los segundos eternos de pasar frente a un lugar donde te están gritando de cosas. Sus llamados “piropos” a nadie le interesan, más bien dan miedo, causan mucha angustia y ansiedad. Así que sí, es un problema de género donde no se discrimina edad; hemos visto niñas de tan solo 3 o 5 años violadas y asesinadas, igual que a mujeres de 70 u 80. Así como hemos visto pacientes en estado vegetal o luchando con alguna enfermedad terminal, que han sido ultrajadas por los mismos médicos que las atendían. Y que quede bien claro, las marchas, quejas y luchas no son contra los violadores y asesinos, sabemos que esas cosas no los espantan. Son para el sistema corrupto y la autoridad, que han preferido hacerse de la vista gorda y que durante años han dejado desfilar libres a miles de violadores y asesinos. Que se han burlado en las caras de las víctimas, alegando que "seguro andaban de histéricas" y por eso las golpeó el marido, o que de todas formas "está muy difícil comprobar que las hayan violado" y si sí, fue porque "ellas se lo buscaron." Y ni hablar de quienes pasan años buscando a su hija, mamá, sobrina, invirtiendo de su bolsa para hacer una investigación porque las autoridades cerraron la carpeta por "falta de pruebas." El hartazgo es real, la impotencia es real. Y por último, el feminismo NO ESTÁ EN CONTRA DE LOS HOMBRES. Al contrario, ustedes también son nuestros aliados en la lucha contra el machismo y las ideas retrogradas que nos han inculcado, tanto a hombres como a mujeres. Sin ustedes no seríamos nada y viceversa. Por favor, ayúdenos a darle la importancia que se requiere a este tema. Por: Ana Hinojosa *Cifras del INEGI: https://www.inegi.org.mx/sistemas/olap/consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?proy=
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